Tiempos y realidades


colson

Zulema Trejo Contreras

El orden y el desorden 

La organización de grandes eventos requiere de un esfuerzo más que considerable por parte de las personas que los llevan a cabo, eso es algo comprensible pues en acontecimiento de tal envergadura el más mínimo descuido puede provocar el caos, y con caos no me refiero a que el evento se desmorone sino al hecho de que lo planeado no se lleve a cabo como debiera. Esto es lo que en cierta manera está sucediendo con el proceso de vacunación. 

La aplicación de las vacunas contra el COVID implican prácticamente un sinfín de detalles que deben tomarse en cuenta para que el proceso fluya correctamente, y sin riesgo para las personas que serán vacunadas. Por ejemplo deben elegirse lugares no solo con capacidad para albergar cientos de personas, estos también deberían contar con lugares para sentarse, sanitarios, agua potable y en el caso de Sonora algún tipo de ventilación que permita tolerar las ya altas temperaturas que se están alcanzando en diversos puntos de la entidad. 

Lo que menciono en el párrafo anterior serían, ciertamente, las condiciones ideales y quizá por ello no se encuentre al alcance de las autoridades sanitarias proporcionarlas. Sin embargo, en esta primera etapa de vacunación hay que tener presente que la población objetivo son adultas y adultos mayores, personas que requieren atención especial debido tanto a su edad como a los posibles problemas de salud, movilidad que puedan presentar. 

Las y los adultos mayores no deberían esperar horas en una fila que no fluye como debiera porque, como mencionan algunas personas que lo vivieron, se “meten en la fila” personas a las que no se tocaba vacunarse ese día, y eso quizá careciera de importancia si los encargados de la vacunación, al revisar sus documentos, los devolvieran, el problema es que los aceptan de manera discrecional, es decir, a unos se les permite y a otros no. 

¿Dónde está la organización de la que tanto se habló? Como mencioné anteriormente, organizar esta campaña masiva de vacunación no consiste únicamente en elaborar un plan en el cual se contemple todo lo necesario para que las vacunas lleguen a sus destinatarios, lo que realmente importa es que este plan se ejecute tal y como se diseñó porque una vez que se comienzan a hacer excepciones, o errores por omisión, lo que se pensó como una campaña bien organizada, se convierte en un pequeño caos. 


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