Tiempos y realidades


colson

Zulema Trejo Contreras

Huellas en la memoria 

En la vida hay momentos que se quedan grabados a fuego en nuestra memoria, son instantes que de una u otra forma nos marcan para siempre. Cuando vivimos esas ocasiones no solemos pensar que se volverán trascendentales; muchas veces estos momentos hacen referencia a acontecimientos muy personales, en otros a sucesos que se viven a nivel global. Esos acontecimientos globales pueden ser políticos, económicos, culturales o, en la mayor parte de los casos, una imbricación de los factores mencionados anteriormente. 

En cada época de la historia de la humanidad hay momentos trascendentes que se constituyeron en partes aguas entre una época y otra, por ejemplo la revolución francesa, la revolución rusa, las dos guerras mundiales. En el ámbito de las vivencias personales hay hechos que vueltos recuerdos permanecen en la memoria de las personas ya sea porque los vivieron, o porque los presenciaron.

Antes de los medios masivos de comunicación ser testigo de un hecho que posteriormente se volvería trascendental implicaba presenciarlo in situ, una vez que las televisoras tuvieron la capacidad de trasmitir en vivo, o en grabaciones, eventos que sucedían en lugares lejanos, se multiplicó el número de personas que podían atestiguar un hecho. 

Por ejemplo millones de personas vieron la coronación de la reina Isabel II de Inglaterra en la década de 1950, la guerra de las Malvinas, la primera guerra de Irak, la llegada del primer hombre a la luna, la revolución cubana, el levantamiento sandinista en Nicaragua, el golpe de estado en Chile, el fallido golpe de estado en España.

Los acontecimientos enunciados en el párrafo anterior, conjuntamente con miles más, han ido conformando la memoria histórica de la sociedad en general y de grupos sociales específicos en lo particular. La memoria histórica no es, como pudiera pensarse, una acumulación de fechas que se memorizan, por el contrario la memoria histórica es a la vez el recuerdo y la forma como recordamos acontecimientos de los que fuimos testigos. 

La memoria histórica nos dice cómo se percibió, cómo se entendió, cómo se sintió un evento determinado. La memoria histórica puede desvanecerse sino se la recupera porque al estar conformada por el testimonio de los que vivieron tales o cuales acontecimientos, cuando estas personas fallecen el recuerdo de los acontecimientos que vivieron se desvanece, por ello que la recuperación de la memoria histórica es un trabajo que antropólogo e historiadores no deben dejar de hacer. 


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