Fuera de Ruta


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Noemi Haro Velarde

La atención a la salud tras el derrame de lixiviados de Cobre en el Río Sonora 

Después del derrame de lixiviados de cobre ocurrido el 6 de agosto de 2014 en el Río Sonora, la respuesta del gobierno federal para proteger a la población contra futuros riesgos sanitarios fue la construcción de una Unidad de Vigilancia Epidemiológica y de Atención a la Salud (UVEAS). 

Esta solución parecía fundamentarse en 270 afectaciones a la salud asociadas al derrame, sin embargo, frente a la expectativa de futuros riesgos sanitarios, el propósito de la clínica era asegurar la vigilancia epidemiológica y ambiental de forma permanente hasta el 2029. 

Con independencia de las buenas intenciones del gobierno federal y la claridad y coherencia de la propuesta a cargo de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS), la obra “emblemática” quedó en obra negra. En su lugar, el Comité Técnico del Fideicomiso Río Sonora (CTF) optó por subcontratar una empresa especializada para cumplir el objetivo por un periodo de 5 años. 

 En esta columna enlisto una serie de factores que considero incidieron en que la fase 3 del programa de atención a la salud quedara sin concluir. El factor más relevante se asocia con el consenso entre Grupo México y las dependencias ambientales que asumía que la calidad del agua subterránea y superficial se ubicaba dentro de los parámetros normales. Bajo este argumento también se limitó la limpieza del río a únicamente la zona 1 de cinco zonas que constituían el programa de remediación original. 

En segundo lugar, a pesar de que el primer objetivo del fideicomiso coloca a los daños ambientales y la salud como fines prioritarios, desde la primera agenda para la remediación anunciada por el gobierno federal (512.54 millones) se observa una profunda contradicción dado que la salud en términos de presupuestales quedó marginada recibiendo tan solo 450 mil pesos (0.08%).

Por otro lado, en la revisión de las actas de sesión del fideicomiso se observa que el Comité Técnico favoreció opciones sustitutas a la construcción de la UVEAS. Una vez en sesiones, la discusión de la UVEAS en el CTF estuvo casi ausente, con excepción del informe presentado por Grupo México sobre el proyecto ejecutivo y los avances en la construcción. 

En todo el ejercicio del fideicomiso el tema de salud se discutió en diez sesiones y se le aprobaron 50.3 millones, clasificados en 16% para indemnizaciones, 28% para COFEPRIS y 56% para Vitalmex Médika; esta última es la empresa subcontratada para realizar los objetivos inicialmente programados para la UVEAS. 

La distribución de los recursos muestra que el Comité Técnico a la vez que denegó la UVEAS privilegió la subcontratación de un tercero para la implementación de un sistema de vigilancia ambiental y epidemiológica. A la indemnización se destinaron $ 7,826,706, distribuidos entre 359 personas beneficiadas que, se asumen como el total de afectados a la salud al 2017.

A través de revisión documental y mediante una entrevista en el 2018 se verificó que el edificio ubicado en Ures no es la UVEAS. 

Sin embargo, existe evidencia en las actas de sesión del CTF que indica que inicialmente la obra sí estaba diseñada como tal. En la quinta sesión ordinaria, Grupo México informó el proyecto de construcción y la compra del terreno, esta última a través de Proyecciones Urbanísticas S. de R.L. de C.V. La revisión muestra que tanto la compra del terreno, proyecto ejecutivo y la construcción de la obra estuvo a cargo de Grupo México y no del fideicomiso (1.2 mil millones). 

Respecto a la empresa que actualmente desempeña las funciones de la UVEAS en la localidad de Ures, una vez extinto el fideicomiso, su financiamiento también quedó a cargo de Grupo México. 

Lo anterior indica que etapa 3 del programa de atención a la salud estuvo a cargo de la empresa responsable.

A cinco años del derrame en el Río Sonora, existen posicionamientos contradictorios sobre los posibles efectos del derrame a la salud humana, sin embargo, al momento no existe ninguna evaluación que ofrezca indicadores que evidencien la magnitud de las afectaciones. Respecto a la obra, los habitantes están desinformados, pues piensan que el edificio en obra negra es la UVEAS. 

Considero que es responsabilidad de COFEPRIS informar a los pobladores qué pasará con la vigilancia a la salud una vez cumplidos los cinco años, además de esclarecer oficialmente que el edifico ubicado en Ures no funcionará para los propósitos originalmente planteados.  

*Estudiante del doctorado en Ciencias Sociales por El Colegio de Sonora.


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