Fecha de publicación: 14/07/2021 Tweet Compartir
Las rígidas normas instauradas por las autoridades fiscales y los altos costos de importación propiciaron que el contrabando fuera la mejor opción en aras de la economía de los ciudadanos y de algunos empleados aduanales, o bien, de la ganancia de más de un comerciante, advierten las doctoras Delia María Piña Aguirre y Ana Luz Ramírez Zavala.
También las constantes modificaciones en las ubicaciones de los recintos fiscales, así como en las normativas al comercio exterior, dieron pie a la confusión en torno a las obligaciones al momento de introducir mercancías, exponen.
En el periodo de estudio (1880-1900) se incrementó de forma magnánima la capacidad de exportación de México, sin embargo, se careció del impacto en el erario por este rubro, puesto que a las exportaciones se les requería un mínimo de carga fiscal, en las fuentes consultadas está ausente la totalidad de registros sobre exportación y se concentran en los escasos productos que recaudaban impuestos.
“Específicamente en el caso de los metales, los impuestos se relacionaban más con las pruebas para validar su pureza que con el proceso de exportación. No obstante, el valor de este producto en las exportaciones era el de mayor importancia, pero su impacto fiscal era mínimo.
Por el contrario, las importaciones soportaban la mayor parte de los cobros a pesar de la relativa escasez de los productos libres del pago de impuestos por introducción”, señalan.
Las políticas establecidas a raíz de la franquicia de la zona libre y la abolición de las alcabalas impactaron en los bolsillos de los habitantes de esta región, sobre todo cuando a estas disposiciones las acompañaron otras que mermaban en los beneficios que otorgaban, indican.
En el año fiscal 1902-1903, ejemplifican, existía en las inmediaciones fronterizas una producción importante de frijol, harina, maíz, trigo, papas, entre otros; sin embargo, la presencia de la zona libre implicaba que estos productos tendrían carácter de extranjería hasta que se realizara un proceso de comprobación de su nacionalidad, lo que definitivamente complicaba la venta al interior del país a sus respectivos productores y provocaba la merma del producto agrícola.
“El cambio institucional que se observó en el periodo de estudio, en relación con la fiscalidad del comercio exterior a través de las aduanas, generó conflictos entre los tres ámbitos del gobierno mexicano, que, aunado al contexto geográfico, le otorgaron particularidad a la frontera entre Sonora y Arizona”, sostienen.
Piña Aguirre y Ramírez Zavala mencionan que parte de dichos problemas fueron suscitados por la evidente renuencia de los habitantes fronterizos a cumplir las disposiciones para la importación y exportación de mercancías, lo que redundó en un elemento nuevo: el contrabando.
Este texto puede consultarse en: http://alhe.mora.edu.mx/index.php/ALHE/article/view/1064/1779 de América Latina en la historia económica.