Observatorios Urbanos


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Francisco J. Landeros Jaime

12-22: REGRESO A CASA  

Regresar a casa siempre trae de vuelta recuerdos y sensaciones que habían quedado en el olvido. Así fue ingresar de nueva cuenta a El Colegio de Sonora (Colson). Los mismos pasillos. El café en el mismo lugar. El sonido del silencio que permanece y permite enfocar el pensamiento en el proyecto a iniciar, ahora con el apoyo de quienes en años atrás me motivaron a tomar la decisión de dedicarme a la academia. 

En enero de 2012 inicié mis estudios de Maestría en Ciencias Sociales con el entusiasmo de un joven inconforme con las condiciones laborales que ofrecían los medios de comunicación, mezclado con una necesidad inmensa de conocimiento que me ayudara a entender el mundo en el que habitábamos una década atrás. Con ello mi vida reporteril en las calles de Hermosillo finalizó, colocándome en aquel momento en una posición que me permitía vincularme a otros espacios que antes habían sido ajenos para mí. 

En aquellos años las visitas a la oficina del Dr. Nicolás Pineda se convirtieron para mí en un espacio de reflexión, donde surgieron interesantes ideas que derivaron en mi tesis. Llamaba mi atención todo lo que giraba alrededor de la vida académica, principalmente esa abstracción a partir de la cual buscamos entender la realidad social. También recuerdo los consejos del Dr. Juan Poom, quien despertó mi interés sobre el contexto político de Chile y que años después me llevaron a mudarme junto con mi familia a dicho país para realizar mis estudios de doctorado. 

Esto propició un cambio en mi trayecto de vida, personal y académica, que indiscutiblemente amplió mi criterio y perspectiva; incluso me puso frente a personas que de joven pensaba eran inalcanzables, más difícil aún trabajar con ellas.

Ahora en 2022 me incorporo de nuevo. Y aunque la energía ya no es la misma que a los veintitantos, sí el entusiasmo de emprender proyectos innovadores con quienes me formaron en las aulas. 

El Colegio de Sonora puedo decir marcó el rumbo de lo que sería mi vida académica. Me presentó un camino que comencé a recorrer hace una década, que debo reconocer no ha sido fácil y que por momentos parecía que no tenía más por donde avanzar. Afortunadamente siempre hay una salida y sobre todo una puerta de entrada. Esas mismas puertas que abre hoy El Colegio de Sonora para recibirme de nueva cuenta, pero ahora como investigador.

Expreso mi mayor agradecimiento a la institución y a cada una de las personas que hacen esto posible.

¡Gracias! 


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