Tiempos y realidades


colson

Zulema Trejo Contreras

Pasajeros y transporte 

Los problemas del transporte público y su costo no son un problema nuevo, por lo menos desde el siglo XVIII están registradas problemáticas que tienen que ver con este tema; por ejemplo cuando Olympie de Gouges publicó en 1791 La declaración de los derechos de la mujer, la introducción de la misma contenía la queja en contra de un taxista que le cobró una tarifa más elevada que la normal. 

En la Inglaterra decimonónica las quejas por el costo del transporte eran materia común; tanto en lo relativo a lo que cobraban los carruajes que transportaban a la gente en Londres, como lo que se cobraba a los pasajeros de las diligencias que recorrían el país. 

Entonces como ahora los costos del traslado se relacionaban con el gasto de mantenimiento del transporte en cuestión. Actualmente se habla del aumento en el gasto de combustible; en aquellos tiempos lo que subía era el precio de la comida de los caballos, el mantenimiento de las caballerizas y el pago al personal que trabajaba en ellas, eso sin contar con el buen estado de conservación que debían tener los transportes. 

La madera se pudría, las ruedas y los ejes se rompían además se debía tomar en cuenta los gastos de seguridad requeridos para recorrer parajes solitarios donde las probabilidades de asaltos eran altas. 

La generalización del ferrocarril y los barcos de vapor si bien acortó las distancias no supuso, necesariamente, una disminución en el costo del transporte simplemente significó una jerarquización de las tarifas y por consiguiente del servicio, es decir que a mayor tarifa mejor servicio. 

Los costos de primera, segunda y tercera clase se generalizaron e incluso permanecen hasta nuestros días en todo tipo de servicio de transporte.   


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