Observatorios Urbanos


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Rocío López Lara

¿Cómo distinguir el acoso sexual? 

El acoso sexual es una práctica violenta que se presenta en todos los ámbitos de la vida social; puede ser ejercida y sufrida por hombres y mujeres, aunque son ellas las principales víctimas debido a que hemos normalizado su imagen como objeto sexual.

Algunas voces argumentan que lo que se llama acoso sexual es la interpretación errónea ante una galantería. 

Al respecto es importante precisar dos signos inequívocos del acoso: la naturaleza de la conducta y la naturaleza de la relación entre las personas involucradas.

Primero, se trata de una conducta invasiva y percibida como molesta o desagradable por quien la padece, pues se acompaña de mensajes o significados lascivos, relacionados con el cuerpo y la sexualidad; el propósito velado o manifiesto de la conducta es someter o manipular, para beneficio sexual de quien lo perpetra. 

Segundo, es clara la desigualdad en las posiciones de poder de quienes participan en la relación. Las actitudes y conductas sexistas de unas personas son demostraciones de poder con las que se pretende intimidar, coaccionar, someter o humillar a otras, concebidas como débiles por razones de género, orientación sexual u otras características como la edad; por ello, la interacción es no consentida o contraria a los deseos de quien la padece. 

Estos comportamientos invasivos de dimensión sexual pueden ser físicos, como tocamientos indeseados o intrusión al espacio personal; verbales, como chistes, comentarios, invitaciones, insinuaciones, preguntas sobre la vida privada, cartas, correos electrónicos, llamadas o mensajes telefónicos, chantajes, amenazas, todos de naturaleza sexual; y no verbales, como miradas, silbidos, gestos y movimientos corporales de connotación sexual lasciva, y exhibición no deseada de objetos e imágenes pornográficas. 

El acoso sexual se configura independientemente de la forma de expresión y del número de eventos; es acoso una expresión lasciva tanto como las bromas continuas sobre la orientación sexual de una persona; lo mismo acercamientos físicos no deseados, que la solicitud de favores sexuales a cambio de la promesa de un trato preferencial, o la amenaza de represalias laborales o académicas si se niega al contacto sexual. 

Sus efectos son amplios y profundos; van desde la molestia y el desagrado que experimenta la víctima, hasta la ansiedad, percepción de inseguridad o el riesgo a su integridad física y emocional; perjudica sus relaciones afectivas, familiares y laborales y puede llevarla al autoaislamiento, a la disminución de su nivel de desempeño en sus tareas e, incluso, al abandono de sus espacios laborales o escolares. Al propiciar la pérdida de oportunidades para el desarrollo, el acoso violenta los derechos humanos de la persona. 

Cuando existe una relación de jerarquía laboral entre las personas involucradas se le conoce como hostigamiento sexual; acoso y hostigamiento son formas de violencia laboral y escolar, definidos ambos como delitos por la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, aunque el Código Penal Federal sólo sanciona el hostigamiento hacia una persona subordinada laboralmente. 

La erradicación de estas prácticas discriminatorias requiere de la visibilización y sanción de los casos conocidos, para lo cual es indispensable la denuncia, ya sea de la propia víctima del acoso o de quienes conozcan la situación. Recordemos que el acoso sexual se da en una interacción de desigualdad, donde una persona ejerce poder y control sobre otra que se percibe sin capacidad de defensa y que teme a las represalias, por ello en muchas ocasiones opta por callar. 

 Es responsabilidad de toda la sociedad des-normalizar las prácticas intimidatorias del acoso sexual, no ejercerlas y no permitirlas. En ello está comprometido El Colegio de Sonora, a través de la implementación del Protocolo de actuación para el acoso sexual. Les invitamos a sumarse desde sus propios espacios de interacción social. 

 *Estudiante del Doctorado en Ciencias Sociales de El Colegio de Sonora. Generación 2018-2021. Línea Estudios en Salud y Sociedad 


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