Tiempos y realidades


colson

Zulema Trejo Contreras

Navidades virtuales 

La pandemia por COVID cambió diametralmente el estilo de vida de la sociedad entera. No solamente afectó la forma de trabajo, la educación y los servicio de salud pública, también cambió las formas de interacción social de unos con otros. 

Ciertamente nos hemos resistido a dejar de lado actividades habituales como fiestas, reuniones familiares, asistencia a eventos deportivos y eventos sociales de diferente tipo a pesar de las recurrentes exhortaciones de las autoridades sanitarias para que respetemos el confinamiento y con ello evitar un incremento en el contagio, o más importante aún, disminuir sustancialmente la cifra de contagio. 

A pesar de los meses que hemos estado en confinamiento, la época más difícil del mismo todavía no ha llegado. Ya pasamos por las vacaciones de semana santa, las de verano, varios puentes, día de las madres, del padre y de una u otra formas hemos podido sobrellevar todas ellas. 

Sin embargo lo época que tenemos enfrente nos resulte más difícil pues se trata de la temporada navideña, un tiempo dedicado habitualmente a las vacaciones y reuniones familiares, las posadas, los eventos deportivos de invierno como el béisbol, las cenas de nochebuena y año nuevo. 

 ¿Cómo van a ser la temporada navideña este año?, no es fácil imaginar unas vacaciones navideñas sin parientes o amigos yendo y viniendo entre casas, sin posadas, sin grandes cenas de nochebuena y año nuevo, sin las reuniones para degustar el famoso recalentado.¿Seremos lo suficientemente responsables para aceptar un navidad semipresencial?, ¿o haremos caso omiso a las medidas de seguridad y afrontaremos las posibilidades de contagio en aras de una navidad igual a las de antes de la pandemia? 

Responder a estas dos preguntas depende de muchos factores, entre ellos se encuentran el renunciar casi total, o totalmente, a la interacción personal no solo con personas de nuestro alrededor, sino también con aquellas a las que se ve “solo en navidad”; otro factor a tomar en cuenta es el hecho de nuestra disposición para sobrellevar la época navideña sin sucumbir al desánimo o la nostalgia.

 

Aunque suena absurdo decirle quizá tengamos que ir haciéndonos a la idea de que esta navidad será semipresencial o totalmente vía remota, o en su defecto, voluntariamente nos expondremos al contagio y después veremos como hacer frente al rebote de la pandemia. 


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