Álvaro Bracamonte Sierra
Es prematuro en este momento realizar un corte de caja de los efectos que tendrá la emergencia sanitaria que azota al mundo. Es precipitado sobre todo para países y regiones donde la curva de contagios aún no alcanza la cima y el desarrollo de la pandemia está en proceso. Pero hay otros países donde por fin, luego de semanas y meses amargos, la luz empieza a divisarse en el horizonte.
Considerando esos matices, se puede intentar un sencillo ejercicio de evaluación para determinar quiénes han ganado y perdido tras la pandemia del Covid-19. A simple vista el gran perdedor es la economía mundial: Estados Unidos, la mayoría de los países del Viejo Continente, no pocos asiáticos y toda Latinoamérica atestiguan con impotencia que la economía se derrumba como nunca antes.
El distanciamiento social ha sido devastador para la producción de bienes y servicios, pero también para el mercado laboral donde se han perdido decenas de millones de empleos.Tan sólo en abril el vecino del Norte vio desaparecer más de 20 millones de puestos de trabajo y en suma alrededor de 30 desde que empezó la pandemia. Esa involución laboral se observa también en España, Italia, Gran Bretaña, Francia y en menor medida en Alemania. China registró por primera vez en más de 30 años un trimestre de crecimiento negativo en la actividad económica.
Lo mismo se experimentó en Japón y en otros países asiáticos.
Entre las industrias perdedoras destacan las que giran alrededor del turismo, como la restaurantera, la industria hotelera, la ligada con la aviación civil, entre otras. Lo mismo está ocurriendo en los sectores cercanos a la industria del entretenimiento como el cine, los espectáculos deportivos, los shows al aire libre o en auditorios, etc.
Hace unos días un diario de circulación nacional publicó un interesante reportaje acerca de la situación preocupante que vive Las Vegas, la ciudad del juego, que se ha convertido en un verdadero pueblo fantasma; los casinos estaban cerrados por prescripción de las autoridades de salud y al cerrar afectaron brutalmente a una enorme cantidad de negocios complementarios al giro principal, es decir el juego.
En medio de la debacle global llama la atención que algunas actividades exhiban un desempeño positivo. Son las ganadoras de la Gran Reclusión, como se le ha venido denominando al paro económico. En este caso está Netflix, que ha elevado sus dividendos sostenidamente desde febrero pasado.
El confinamiento está generalizando el uso de nuevas modalidades de interacción profesional y familiar. Se ha visto un crecimiento exponencial del uso de plataformas para conversaciones grupales; es el caso de Zoom cuyo propietario, un chino avecindado en el Silicon Valley, ha visto crecer la empresa en forma sostenida a raíz de la reclusión a que obligó la pandemia.
En el ámbito de la política también es posible apreciar ganadores y perdedores. En Estados Unidos, uno de los grandes perdedores es el actual inquilino de la Casa Blanca; los sondeos indican que el presidente Trump está saliendo mal evaluado en el manejo de la emergencia sanitaria: Un día dice una cosa y al otro día otra totalmente distinta; y lo dice sin el menor pudor. Nada nuevo en el controvertido magnate inmobiliario, aunque en este caso adquiere relevancia porque sus continuos dislates cuestan vidas: Estados Unidos es el epicentro de la infección a nivel mundial.
Como se ha dicho, sino pasa algo extraordinario seguramente el incorrecto manejo de la crisis sanitaria le estará costando la reelección. Ya veremos.
En Sonora, un perdedor es el Gobierno del Estado que al precipitarse en la aplicación de medidas de contención terminó por cansar a la población de la larga reclusión; pierde también por el hecho de mostrar que no tiene claro qué hacer para reactivar la economía. Sobre esto volveremos en la próxima colaboración.
La nueva normalidad
Ayer Presidencia de República anunció la “desescalada” del periodo de confinamiento. Como en la mayoría de los países el plan no tuvo el consenso de todos. Dependerá de cada entidad federativa la forma particular de aplicarlo.
*Doctor en Economía. Profesor-investigador en El Colegio de Sonora.